sábado, 13 de marzo de 2010

Ayahuasca y experiencias cercanas a la muerte

Seguramente conoceréis el termino de experiencias cercanas a la muerte o ECM. Esto viene a cuento por algunas experiencias que produce la ingestión de ayahuasca. Por algo es conocida como la liana de los muertos. Según las culturas indígenas, y esa es una de las causas por las que se le da ese nombre, es que te lleva al mundo de los espíritus y te permite hablar con ellos. Por otra parte uno de los efectos de la ingestión de la pócima son efectos parecidos a los que se describen como experiencias cercanas a la muerte.
Esa clase de experiencias que cuentan algunas personas que durante algún tiempo se han encontrado clínicamente muerta y luego ha regresado al mundo de los vivos, o bien gente que ha estado en estados profundos de coma, bien a causa de traumas, enfermedades o accidentes.
La experiencia con la ayahuasca puede desplegar esa clase de visiones. La gente que ha vivido experiencias cercanas a la muerte habla de túneles, paisajes de vivos colores, una gran luz, sensación de paz e integración con el todo, desintegración del tiempo y el espacio, también en sus relatos hablan de ángeles, seres divinos o espíritus, en algunos casos los de seres cercanos ya muertos. En muchas ocasiones reciben la instrucción de que su momento no ha llegado y deben regresar.
Algunas personas tras la experiencia con la ayahuasca relatan historias parecidas. A veces cambian algunos detalles y en vez de ver túneles oscuros ven gigantescas serpientes que los engullen, agujeros negros o visiones similares, cuando no ven directamente los túneles de los que hablan los regresados de las experiencias cercanas a la muerte. Un mundo de luz llena de benevolencia, sensación de plenitud cercana a lo divino, paz y comprensión completa de los procesos de vida y muerte. Estas experiencias también son comparables con las experiencias de gente que ha tenido viajes astrales o la sensación de abandonar el cuerpo.

Y ciertamente la experiencias con ayahuasca son una pequeña muerte, nos llevan cruzando esa fina linea que existe entre el mundo de lo que consideramos los vivos y el mundo de los muertos. Son una muerte principalmente del ego, del yo único, de las características de la personalidad que creemos que nos pertenecen sólo a nosotros como seres únicos e irrepetibles. Nuestra imagen de uno mismo, nuestro papel en el teatrillo de la vida, lo que creemos que somos y quienes creemos que somos. Para formar parte de un todo más elevado y completo que nuestras pálidas imagenes de uno mismo en la vida cotidiana.
Pero no sólo en ciertos aspectos de las visiones se parecen las experiencias cercanas a la muerte bajo sus efectos, sino también en ciertos aspectos que podriamos llamar efectos secundarios del ir y venir del mundo de los muertos al de los vivos.
La gente que tiene experiencias cercanas a la muerte cuando regresa entre los vivos suelen sufrir una cierta transformación causada por esa experiencia. Principalmente tener una visión diferente de lo que es la muerte, se pierde el miedo a esa experiencia que a todos algún día nos ha de llegar. Los cambios que produce a veces son profundos, en general. Cambia su actitud ante la vida. Sienten un fuerte impulso a mejorar, hacer las cosas bien, reparar daños a otras personas, ser más tolerantes, comprensivos, cariñosos, justos. Suelen volverse más optimistas, felices y se preocupan menos por los bienes materiales, por el futuro. En definitiva abandonan muchos de sus miedos, esos miedos que no nos permiten evolucionar, ser felices y vivir con plenitud, agradeciendo cada pequeño detalle que nos ofrece la vida. Liberados de los apegos que nos ahogan.
Personas frías se vuelven amables y cariñosas, personas introvertidas se vuelven extrovertidas. Personas que los conocían parecen no reconocerlos, les parecen personas distintas. Quizás debido a que la persona que conocian en cierto sentido ha muerto y se ha encarnado de nuevo siendo otra. Tienen los mismos rasgos, aspecto fisico, la misma voz, pero ya no son en algunos aspectos la misma persona. Han cambiado, lo viejo ha muerto y regresa en forma un nuevo ser más elevado. Incluso se dan caso de criminales que han cambiado completamente su trayectoria y se reforman, adictos que abandonan su dependencia. Como se puede ver cambios muy notables.


Otro de los aspectos notables de las personas que viven ECM es que muestran una mayor inclinación espiritual. Gentes ateas o poco creyentes de repente se vuelven espirituales, que no religiosas, no hay que confundir los dos términos. Se convencen de la inmortalidad del alma, la sensación de que el universo es inteligente y tiene un propósito, que es compasivo, una presencia amorosa, no un dios castigador y lleno de ira. También se produce cierta apertura hacia las creencias ajenas, sobre todo de tipo espiritual. Sincretismo.
Todas estás experiencias que viven y experimentan las personas que regresan de alguna ECM, asi como la transformación profunda de su ser cuando regresan son bastante similares a las que produce la ingestión de la ayahuasca. Muchas de estas características, experiencias, relatos y cambios se dan en muchas personas después de una sesión convenientemente guiada con la liana.
Esto nos lleva a la conclusión de que algunas etapas de la experiencia con la ayahuasca, son experiencias idénticas a las que se viven en las ECM. De igual forma los resultados son parecidos: mayor espiritualidad, tolerancia hacia los demás y hacia nosotros mismos, mayor fraternidad, optimismo, perdida de la importancia por lo material, esperanza, perdida del miedo a la muerte, integración del todo, comprensión de la inteligencia y compasión implícita en el universo, la creación, confianza en la inmortalidad del alma, comprensión verdadera de lo divino y lo sagrado. Todo esto se da en el antes y en el después de las experiencias con ayahuasca en muchos casos. Hay quien describe estas experiencias como cristicas, iluminaciones, viajes al más allá, separación del cuerpo y la consciencia, muerte del ego.
Prepararse para una experiencia de este tipo precisa prepararse a su vez para tener contacto con lo inconmensurable, con lo divino, con el otro lado, con una visión del universo y la vida que si bien antes podías llegar a intuir se convierte en una absoluta certeza.
Hay que estar preparados para aprovechar la ocasión, dejar morir el viejo yo y regresar como un nuevo ser bajo la misma apariencia pero transformado en lo más profundo de su consciencia, renovado, resucitado. Implica una transformación y evolución del ser, de uno mismo. Sólo es necesario estar dispuesto a aceptarlo y que hay un antes y un después.

1 comentarios:

jobici dijo...

excelente artículo.

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