Aquí os presento este documental, por llamarlo de alguna forma, titulado: "21 días buscando a Samantha", protagonizado por la ya conocida reportera, por llamarle de alguna forma: Samantha Villar. Conocida por su participación en el programa "21 días" en el que durante ese tiempo, vive o hace que vive, duras experiencias: 21 días sin comer, 21 días sin papeles, 21 días castigando el cuerpo, 21 diás fumando porros, etc. También podria titularse 21 días buscando nada en absoluto, o 21 días haciendo el bobo de nuevo.
martes, 22 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
El abuelo Peyote
Hablando de medicinas indígenas no podía faltar el Abuelo Peyote. La lophophora williamsii, que es su nombre científico, conocido como Peyotl por algunos nativos, es un pequeño cactus sin espinas que crece en la región sudoriental de Norteamérica, incluidos los estados de Texas, Nuevo México y México central. Es de crecimiento muy lento, los espécimenes cultivados crecen a mayor velocidad, normalmente entre 6 y 10 años para alcanzar la madurez. Debido a su lento crecimiento y la sobre explotación se considera en peligro de extinción. Contiene diferentes alcaloides, el principal la mescalina. La parte superior que sobresale del suelo, también llamada corona, consiste en botones en forma de disco que son cortados de la raíz y en ocasiones secados. Normalmente se mastican o se prepara un te visionario hirviendolos en agua. También se puede preparar con chocolate, lo que mejora el sabor (muy amargo) y facilita la ingestión del cactus crudo, otra forma en la que se puede encontrar es en polvo. La dosis efectiva es de unos 0,3 a 0,5 gramos de mescalina, equivalente a unos 5 gramos de Peyote seco. En fresco se empieza por unos 5 botones medianos y se puede consumir hasta 10 o 12 en una noche. El efecto dura sobre unas 12 horas y por la mañana cuando parece que el efecto ha remitido, de repente se despliega en todo su esplendor. El efecto es de euforia y apertura del corazón, creatividad, puede acompañarse de visiones, sobre todo con dosis altas.
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Miedos ante la experiencia con ayahuasca
Algunas veces hablo, incluso con demasiada insistencia sobre la responsabilidad que implica iniciar el camino de la sanación. Mucha gente se acerca atraída por la idea de las visiones que produce, la sensación de hermandad, amor y agradecimiento que se siente al final de una ceremonia.
En algunos casos ciertas personas se mueven por la busca de nuevas sensaciones, como una experiencia más a vivir. Otras se mueven por búsquedas más profundas.
Varía la actitud ante la experiencia, quien se queda completamente postrado, acunado por las coloreadas visiones hasta dormirse, quien participa con su canto o algún instrumento musical, e incluso quien va con intención de aprender y perseverar en el conocimiento y avanzar en el camino de la sanación hasta el final.
También varía la frecuencia, hay quien solo lo hace una vez en la vida o como mucho dos, quien lo hace varias veces al año contadas y quien se embarca en el camino de la sanación de pleno.
Mucha gente ante la propuesta de asistir a una sesión de Ayahuasca confiesa que siente cierto miedo o reparo. La Ayahuasca si bien al final de la sesión te deja nuevo existen diferentes momentos a lo largo y ancho de la experiencia. Ofrece hermosas visiones y agradables sensaciones, pero de entrada hay que superar un primer obstáculo que es el amargo sabor de la pócima, que suele caer fuerte en el estomago y produce arcadas, en algunos casos antes, en otros más tarde. Generalmente después de la purga viene la liberación de los males y la limpieza, la alegría y la sensación de que ha valido la pena ese pequeño mal trago para unos, esa experiencia horrible para otros. También sucede que si bien el resultado final es de euforia, amor y hermandad, a lo largo de la sesión puede haber momentos aterradores, sobre todo por nuestra causa, enredándonos en malos pensamientos, cosa de la que algunos quieren culpar a la propia Ayahuasca, que lo único que hace es quitar barreras y vendajes para mostrar lo que se oculta detrás de los artificios. Y algunas veces lo que nos muestra no nos resulta agradable, no queremos asumir que eso nos pertenece. Justamente el trabajo es ser consciente y asumirlo como primer paso hacia la modificación de esa parte oscura de nosotros hacia la claridad. Cuando alguien me comenta que le gustaría experimentarlo pero le da miedo, le respondo con otra pregunta. Si a lo que tiene miedo es a mejorar.
En algunos casos ciertas personas se mueven por la busca de nuevas sensaciones, como una experiencia más a vivir. Otras se mueven por búsquedas más profundas.
Varía la actitud ante la experiencia, quien se queda completamente postrado, acunado por las coloreadas visiones hasta dormirse, quien participa con su canto o algún instrumento musical, e incluso quien va con intención de aprender y perseverar en el conocimiento y avanzar en el camino de la sanación hasta el final.
También varía la frecuencia, hay quien solo lo hace una vez en la vida o como mucho dos, quien lo hace varias veces al año contadas y quien se embarca en el camino de la sanación de pleno.
Mucha gente ante la propuesta de asistir a una sesión de Ayahuasca confiesa que siente cierto miedo o reparo. La Ayahuasca si bien al final de la sesión te deja nuevo existen diferentes momentos a lo largo y ancho de la experiencia. Ofrece hermosas visiones y agradables sensaciones, pero de entrada hay que superar un primer obstáculo que es el amargo sabor de la pócima, que suele caer fuerte en el estomago y produce arcadas, en algunos casos antes, en otros más tarde. Generalmente después de la purga viene la liberación de los males y la limpieza, la alegría y la sensación de que ha valido la pena ese pequeño mal trago para unos, esa experiencia horrible para otros. También sucede que si bien el resultado final es de euforia, amor y hermandad, a lo largo de la sesión puede haber momentos aterradores, sobre todo por nuestra causa, enredándonos en malos pensamientos, cosa de la que algunos quieren culpar a la propia Ayahuasca, que lo único que hace es quitar barreras y vendajes para mostrar lo que se oculta detrás de los artificios. Y algunas veces lo que nos muestra no nos resulta agradable, no queremos asumir que eso nos pertenece. Justamente el trabajo es ser consciente y asumirlo como primer paso hacia la modificación de esa parte oscura de nosotros hacia la claridad. Cuando alguien me comenta que le gustaría experimentarlo pero le da miedo, le respondo con otra pregunta. Si a lo que tiene miedo es a mejorar.
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sábado, 5 de junio de 2010
Despues del Colibri
Con anterioridad he hablado sobre mi búsqueda y como dentro de ella llegue al mundo de la medicina. Con la idea de contar mis experiencias con esta planta sagrada inicie la andadura de este blog para hablar de las lecciones aprendidas a lo largo de mis contactos con el mundo de lo sagrado, el gran misterio. Realmente mis encuentros con la medicina fueron eventuales y separados en el tiempo sin llegar a comprender muy bien de que iba la historia aunque llegaba a intuirlo.
Lo que si tenia claro es que no es juego ni un circo, que con una sola toma no es suficiente si bien sirve como primer contacto. He tenido la ocasión, oportunidad y suerte de poder asistir al Encuentro Colibrí para avanzar en mi camino del conocimiento y la sanación.
Lo que si tenia claro es que no es juego ni un circo, que con una sola toma no es suficiente si bien sirve como primer contacto. He tenido la ocasión, oportunidad y suerte de poder asistir al Encuentro Colibrí para avanzar en mi camino del conocimiento y la sanación.
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