En consecuencia al cabo de un tiempo sentimos necesario otra nueva limpieza de telarañas mentales y volvemos a ponernos en manos de "la medicina".
Realmente, a mi por lo menos me deja arreglado por bastante tiempo durante el que no me planteo volver a tomarla. Eso si cuando se presenta una nueva ocasión después de ese periodo de tiempo no le digo que no a una buena "puesta a punto".
A veces la interpretación de la abrumadora experiencia con la liana se nos escapa y no entendemos lo que nos ha querido decir, lo que nos pide otra nueva toma para intentar en esa ocasión descubrir el significado del mensaje o mensajes que se nos escapo la vez anterior. Y empiezo a sentir que esa no es la forma.
He podido comprobar en gente con la que he compartido mis experiencias, una cierta tendencia a recurrir muy a menudo a la medicina, ante cualquier caída, contratiempo, duda. Queriendo convertirla en una especie de vehículo adivinatorio. Y es bien sabido que las tribus indígenas la utilizan para tomar decisiones sobre cuestiones importantes para la comunidad, o bien lo hace el chamán, que luego les ofrece la interpretación que le ha brindado. Pero ahí está la cosa, para cuestiones importantes, no por saber si Manolito me quiere o no me quiere, si debo a ir a este sitio, al otro o no ir a ninguno, lo que haré el próximo verano... Es una cosa mucho más seria me parece, y que no esta para responder, frivolidades, ni vanidades, o para ser consultada como un vulgar horóscopo.
El obra Maktub de Fernando Coelho dice en uno de sus relatos:
- (..)Las artes adivinatorias fueron hechas para aconsejar al hombre, y no para predecir el futuro. Son excelentes consejeras, pero pésimas profetisas(...)
- (...)Si las artes adivinatorias predijesen el futuro, todos los adivinos serían ricos, felices y estarían casados(...)
Por una parte y así bien nos lo aviso el maestro, cuando estamos bajo el efecto de la poción nos encontramos en un estado de gran apertura, pero luego cuando se pasan los efectos (algo ciertamente relativo) se vuelve a estrechar nuestra consciencia y la información nos baja a cuentagotas. Los procesos pueden tardar en asimilarse y comprenderse al cabo de un año o más tiempo.
Con lo cual acumulando tomas una detrás de otra no damos asimilado la anterior y ya estamos en la siguiente. Me temo que al final eso acabara más por desorientarnos que por aclararnos las ideas. Tampoco soy quien de decirlo pero tengo esa sospecha.
No es la ayahuasca una "droga" tal y como la concevimos en la mentalidad occidental. Principalmente es un purgante a varios niveles, fisico, psiquico y espiritual. Curiosamente con el uso se van haciendo necesaria dosis menores, al contrario que la mayoría de "las drogas". No produce, o eso creía, una pulsión a repetir el consumo. Cierto es que la sensación tanto durante, como al poco de terminar la sesión es de una plenitud y bien estar superior. Que sirve para para saber que ese estado existe y que es posible alcanzarlo. Generalmente ese conocimiento y su recuerdo son suficientes para no necesitar recurrir a ella en algún tiempo, por lo menos mientras no tengamos bien asimilado lo anterior. Pero sólo es mi caso, en otras personas puede ser diferente e incluso puede haber quien se lo tome, como un vicio o una competición. El uso continuado a lo largo del tiempo acompañado de ciertas disciplinas y pruebas está reservado para futur@s chaman@s, si tomas esa decisión atente a las consecuencias. Te va a cambiar la vida muy seriamente y llegado un punto no hay marcha atrás, luego no vale arrepentirse.
En ese sentido confio en que la ayahuasca en si misma tiene el mecanismo de control para eso, y a quien no se acerque con la suficiente seriedad o abuse de sus virtudes l@ pondrá en su sitio. De entrada tiene un sabor de los más desagradables que he conocido, por otra produce una potente purga con malestares físicos, que los soportas porque sabes que son para la cura. Como acabo de decir al final de la sesión el sentimiento es de agradecimiento y plenitud, pero a lo largo de la experiencia hay momentos duros, de oscuridad también, de enfrentarse a miedos, dolores, angustias, que después de superados te sanan, pero hay que vivirlos en el momento, es el precio, no regala nada. Esta muy bien ir hacia a ella con valentía, no acobardarse por saber que te va sacar cosas dolorosas a relucir, pero tampoco tomarla para escoger el color de los zapatos más adecuado en la boda de tu prima.
Ahou!!!
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