jueves, 22 de julio de 2010

Vengan con respeto

A lo largo del tiempo y después de conocer y convivir con algunos maestros me he liberado de algunos tabues. Sobre todo respecto a la dieta y el ayuno. He visto maestros que se beben sus cañas o un buen vino, pero ojo digo que se beben sus cañas o un vino, en un momento dado, normalmente acompañando de una buena comida y lo que si que no hacen es emborracharse. Los hay que comen carne, practican sexo con normalidad e incluso beben Cocacola. Una cosa es ir a una sesión de ayahuasca o cualquier otra planta sagrada limpio, para ello prepararte los días anteriores física y mentalmente y la otra es caer en el onanismo espiritual.
Y es que antes de una ceremonia con plantas sagradas conviene ir lo más limpio posible sobre, todo para evitar mal estar físico y porque esa limpieza unida al ayuno, ayuda a que la experiencia pueda ser más profunda. Si vas con el cuerpo lleno de porquería posiblemente te pases la mayor parte de la ceremonia purgando y apenas llegues a vislumbrar pálidas y lejanas visiones que no puedes mantener ni retener . Con lo cual te pierdes lo mejor, la enseñanza que estas contienen. Es como los ordenadores o el propio cerebro humano, la misma diferencia entre usar el dos o el noventa por ciento de la herramienta.

En ocasiones estos maestros vienen a visitar estas tierras y ocupo de difundir la llamada e invitar a gente interesada en conocer y participar. En muchos casos hay gente que viene con ideas muy confundidas, pensando que se van a encontrar con una "droga" como las que ofrece el mercado dentro de la filosofía del fin de semana y el ocio. Si bien algunas como los hongos aceptan mejor un uso lúdico sobre todo en dosis bajas, lo cual no quiere decir que no haya que acercarse a ellos con un mínimo de respeto y una disposición especial. Pero otras, sobre todo dentro de ritos chamanicos exigen un grado más alto de respeto y seriedad. El termino lúdico en estos casos no tiene lugar. Sin que por ello deje de ser una celebración, pero una celebración sagrada. Que es una palabra que por ser tan mal utilizada y antes de tener una experiencia chamanica autentica, a la mayoría le cuesta entender el verdadero significado de lo divino, lo sagrado, lo ancestral. Son ritos de sanación, con todo lo que implica la palabra, no entretenimientos o pasatiempos de colores, colocones o nuevas experiencias estupefacientes. Son experiencias que te pueden cambiar la vida y es un desperdicio desaprovecharlas tontamente.

Con esta gente a la que invito a venir suelo tener contacto en los días previos y darles consejos para que la experiencia les resulte lo más agradable y productiva posible. Los tanteo y miro con que ideas, intenciones y espectativas tienen y les hago rectificar, o al menos lo intento si los veo que van con ideas muy confundidas, cosa que suele suceder a menudo.

A causa de la religión en las escuelas, el daño que ha hecho el cristianismo y resto de religiones a lo largo de los siglos, de la cultura del ocio, el hedonismo lúdico, tanto mercachifle, cuentista y charlatán que abunda por ahí, la idea de los términos espiritual, divino o sagrado, no tiene demasiada cabida en la mentalidad occidental, hasta que no se vive una autentica experiencia mística de primera mano. Resulta trabajoso y desesperante a veces ver lo mal orientada que va la gente. Cosa que me obliga a ser en algunos casos duro y exigente con quien quiere venir de mi mano a conocer las maravillas de la experiencia visionaria bien llevada con el sentido, el respeto y la humildad necesarios. Sobre todo el respeto hacia el maestro que viene desde tierras lejanas a ofrecer su medicina y su saber. Incluso llego a exagerar las exigencias de limpieza, dieta y ayuno al extremo. Luego si la persona va entrando en razón voy rebajando las condiciones.

Después de la experiencia la medicina ya pone a cada uno en su lugar. Si la persona es razonable y atiende a las indicaciones que le doy previamente, tendrá una experiencia agradable, sin complicaciones llena de visiones y de enseñanza, con lo ahí se termina mi trabajo. Ya luego cada uno ya sabe de sobra como tiene que ir o como no. De hecho si alguien veo que va demasiado confundido, con ideas frivolas, sin respeto, que no quiere atender ni entender lo invito a que mejor se quede en su casa o se vaya de borrachera con los amigos si es lo que mejor le apetece. Hay unos mínimos requisitos que cumplir, los que asisten a estas reuniones, requisitos que el que invita o el que oficia debe de dejar muy claro desde un principio. Por una parte para evitarle experiencias desagradables a los recién llegados como para evitar que estos puedan estropear la experiencia de los demás. Se reduce al respeto por todo y por todos. a veces siento llegar a ser tan duro, pero lo hago por el bien de la persona y de todos los que van a compartir el momento con ella, aunque en un principio les parezca un borde, un fanático o un exagerado. No me preocupa, por que si lo hacen bien y atienden a los buenos consejos que les doy, se que a la mañana siguiente cuando se cierre la ceremonia me lo van a agradecer.

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