En mi primera experiencia Ayahuasquera el guía antes de empezar la sesión nos contaba que una de las cosas para las que servía la planta era para recibir canciones. Decía también que si se lo pedías y lo buscabas en tu intención encontrarías la melodía que te va acompañar en tu vida y que hace que te vaya bien en ella, que te va a traer la suerte y la abundancia. Me quede mucho con este detalle y me resonó. Durante la sesión casi todo el tiempo en silencio, el chamán hacia sonar una sonaja y silbaba por encima una preciosa melodía extremadamente sutil y agradable.
Curiosamente esto coincidía con el momento en el que alguien se "sentía mal" y nos mantenía a todos calmados y tranquilos, en la confianza. También nos había dicho que si en algún momento la visión se nos hacia apabullante que recurriéramos a la respiración o a silbar entre los dientes. Así lo hice en alguna ocasión que me vi agobiado por la experiencia. Y tal como decía funcionaba. O bien silbaba entre los dientes o bien respiraba profundo. Y todo el mal se me pasaba.
Con Ramón Peregrino aprendí que el canto o el hacer sonar algún tambor o alguna sonaja te ayuda a mantenerte en tu centro y evitar el enredarte. Es decir dejarte llevar por los anhelos y las trampas del ego. También aprendí que cuando la gente se sincroniza y se toca y se canta armonizados el nivel de la experiencia sube y te lleva a las estrellas, el resultado es celestial. Eso sucede también en el Santo Daime donde a través de los cantos del himnario, la ausencia de ego y la sincronía se trasciende.
Pero ahora paro de hablar y os dejo escuchar estos cantos por vosotros mismos.
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