Según la wikipedia:
El chamán (del idioma tungu, de Siberia, xaman o schaman, y éste del verbo scha, "saber"), es un individuo al que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva de ésta, de maneras que no responden a una lógica causal. Esto se puede expresar finalmente, por ejemplo, en la facultad de curar, de comunicarse con los espíritus y de presentar habilidades visionarias y adivinatorias. Es el término usado para indicar a este tipo de persona, presente principalmente en las sociedades cazadoras y recolectoras de Asia, África, América y Oceanía y también en culturas prehistóricas de Europa. En algunas culturas se cree también que el chamán puede indicar en qué lugar se encuentra la caza e incluso alterar los factores climáticos.
De entrada el chamán es de Siberia. Luego alguien empezó a usar ese termino para definir y englobar a todos los sanadores o curanderos. Además de utilizar mal el termino ese interés por las culturas y las costumbres indígenas fue en detrimento de esos pueblos y esas culturas. En Huatla de Gimenez, en Mexico, el pueblo de María Sabina. La marea de visitantes desestabilizo el pueblo de sobremanera. Que hasta ese momento había sido un lugar aislado, pequeño y muy conservador, un lugar que hasta ese momento recibía muy pocas visitas, razón por la que había sobrevivido el rito de los hongos.
Hoy en día la Amazonia y los países con tradición de uso ritual de plantas de poder son invadidos por gente extranjera con un montón de ideas preconcebidas, movidos por diferentes motivos, unos más legítimos que otros.
Algunos van, aunque confundidos por sus espectativas, en una verdadera busca del camino de la sanación, quieren llegar a ser Sanadores o Chamanes. Otros, sobre todo hoy en día van como una nueva forma de turismo de moda. Por tener nuevas experiencias aburridos ya de las "drogas" occidentales, otros como pacientes buscando una cura para algún problema.
Esta migración se ha ido introduciendo, adaptando a sus espectativas y minando estos pueblos, su cultura y tradición al gusto del occidental a través de su dinero. Hay lugares que debido a la pobreza se han prestado a estas practicas. Cualquiera en una casa o chabola ofrece enteogenos al extranjero por una cantidad de dinero determinada, hay agencias de viajes que ofrecen excursiones a la selva para consumir Ayahuasca u otras plantas visionarias. Ofreciendo rituales descafeinados dirigidos al gusto del turista y sus espectativas de lo que creen que es. Desde el punto de vista y al gusto occidental. Con lo que poco a poco se van perdiendo las costumbres autenticas y el sentido original de esas practicas.
De momento se van salvando porque al turista le sigue atrayendo el encanto de llegar a los lugares por el río en canoas, el día que decidan que quieren llegar en coche, se construirán carreteras estragando la selva. De muchas maneras eso va mermando estas culturas y ese conocimiento. Incluso hoy en día se pueden encontrar auténticos resorts que ofrecen como atractivo turístico el consumo de esas sustancias visionarias. Para occidentales que vamos sin idea lo que hay detrás y lo que es peor, con ideas muy equivocadas. Una de ellas el exotismo, dos tercios de la humanidad utiliza estas plantas para curar sus dolencias, para ellos es lo mismo que para nosotros ir al medico de cabecera y no les tiene nada de exótico, lo es solo para nuestras estrechas ideas, para nuestra corta visión. No es chamanismo es Medicina Tradicional. Hace quinientos años no existía otra Medicina que la Tradicional. En realidad somos minoría los que usamos los medicamentos y la tecnología para curarnos, lo nuestro es lo exótico. Y compramos objetos y símbolos de poder, que no tienen Poder alguno.
Por cuestiones económicas algunos de esos pueblos, al menos algunos de sus individuos, se ven obligados a doblegarse y en cierto sentido prostituirse ofreciendo ritos visionarios al gusto del occidental. Perdiéndose cada vez más su verdadera cultura y su verdadero fin.
conservación. Nos recuerda que en algún tiempo todos fuimos indios y que debemos recuperar nuestras tradiciones, ritos y remedios propios olvidados. De como se maneje esto depende que termine bien o que sea un absoluto desastre.
Desde el otro lado del océano vienen a este mundo occidental muchos supuestos sanadores, en algunos casos auténticos charlatanes, que ofrecen un espectáculo visonario para turistas, sin salir de casa. Otros realmente vienen a sanar e incluso a enseñar, los menos. Es comprensible
Pero hay un tercer tipo de individuos en este asunto que son los más peligrosos de todos. De los que vamos allí los hay que van con verdadera intención de convertirse en guerreritos y consagrar su vida a la sanación. Unos lo logran y otros no , parecía más fácil en el libro de instrucciones. Un chaman como mal decimos es un medico y tiene que tratar con enfermos todos los días. Con gente que incluso le resulta desagradable. Tarde o temprano muchos desisten y llegan a la conclusión de que eso no es para ellos.
Es el destino de algunos de los llamados neo-chamanes. Occidentales que quieren conocer el oficio de sanador y viajan a sus lugares de origen para aprender sus tradiciones con intención de dedicarse a sanar gente. En este punto hay gente que siempre será paciente y muy pocos llegaran a Doctores de la naturaleza. Exige mucha entrega y dedicación. La gente que no este dispuesta a ser medico o sanitario no sirve como sanador.
Muchos de estos neo-chamanes son inofensivos para estas culturas, tanto como para el prójimo. Intentan seguir el camino de la sanación o del guerrero y a mitad de la carrera se dan cuenta que no era tan bonito como lo decía el prospecto. Llegan a la conclusión de que son simple pacientes y que hay que dejar a los verdaderos Doctores hacer su trabajo. Pero hay otros, los espabilados que ante la creciente demanda de espiritualidad, y el atractivo de la "medicina exótica", se van a esos países a aprender algunas tecnicas, conviven durante algunos años con indígenas o no tan indígenas, consiguen un suministro de Remedio y se vuelven para aquí a hacer su negocio.
Ofrecen un espectáculo copiando las formas y los gestos, pero no son curanderos auténticos, son listos que se lo quieren montar bien a cuenta de la tradición y lo sagrado. Por el contrario a los auténticos Sanadores no se enfrentan a gente enferma todos los días, no les preocupan ni las dolencias, ni las vidas de las personas a las que ofrecen sus servicios, para nada. Por el contrario prefieren gente guapa y que no tenga ni de problemas y lo más importante que disponga de dinero suficiente para pagarlo, ya que no suele ser barato. Basándose en cierto vació legal sobre estas sustancias, basado en la libertad de creencias, las traen consigo en sus viajes y aquí las ofrecen en su versión al gusto del consumidor. Hay muchas formas de trabajar con las plantas, cada maestro tiene la suya en particular, pero aquí parece que todo vale. Lo único importante es el consumo del enteogeno unido a un cierto ritual, unas poses y unas ideas preconcebidas.
En ultimo caso lo que realmente ofrecen es el consumo de Ayahuasca u otro preparado cualquiera de efectos similares. Que en muchos casos es lo que realmente esta buscando el "cliente". Otros van buscando una verdadera sanación que no encuentran por que no es el objetivo del artificio organizado por estos curanderos de postal. No solo se trata de consumir enteogenos, cantar y tocar maracas, el camino es otro, es atender a gente enferma, preocuparse por ella y buscar algún Remedio a ese mal. En ello está incluido el conocimiento de otras plantas que para nada son visionarias. Son simples plantas medicinales para determinadas dolencias. El tener que trabajar con todo tipo de gente te resulte agradable o no y hacerlo con entrega no para vivir bien a cuenta de la ingenuidad del prójimo subyugado por cierto aire fingido de misterio, sabiduría y respetabilidad.
Hoy en día y ante la crisis que aprieta, alguna gente ve en ello una salida, una forma de vida, una manera de obtener ingresos, haciendo algo que le resulta atractivo. Luego no lo hacen con intenciones legitimas, no quieren, ni admiten un verdadero compromiso de sanar al prójimo, se dedican a montar un circo basado en cantos, aromas sabores e imagenes de inspiración indígena, con aire de ritual y que pretende ser ancestral y sagrado. En otros casos ni se toman esa molestia, llegan te dan tu vaso de Ayahuasca o cualquier otra sustancia visionaria, se quedan un rato cantando y/o tocando algún instrumento y luego se despiden de ti previo paso por caja. Lo malo en estos casos es que se juega con fuego, la cosa se puede ir de las manos y puede terminar teniendo consecuencias más o menos graves que puedan llevar a lo de siempre, a la prohibición del uso de esas sustancias. Y como suele suceder en estos casos, pagan tanto justos como pecadores. En definitiva para ser Sanador no es suficiente con repartir Remedio y saberse unos cuantos icaros de memoria.
Amen.
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