Con todo esto hoy en día hay un gran interés sobre este sagrado sacramento de la selva. También se está generando un negocio turístico a su alrededor. El ya conocido como Chaman Shop.
Por una parte hay que desmitificar el tema. Si bien la ayahuasca sirve para sanar y para hacernos mejores sucede como con todo en el universo, no es bueno ni malo en si mismo. Aunque la ayahuasca sea utilizada para curar también puede usarse para malos fines, lo que se conoce como brujería.
Si das con un buen maestro de la luz la usara para el bien, para sanarte y enseñarte el camino de la sanación. Si por el contrario te encuentras con un charlatán usara su conocimiento y su poder para aprovecharse de ti y beneficiarse. Como con todo, en el uso de la ayahuasca no es oro todo lo que reluce, ni el monte orégano.
Este tema de la mercantilizacion de lo espiritual crea todo tipo de opiniones en favor y en contra. Los muy puristas están en contra de que venga algún chamán a traer la medicina y hacer ceremonias a estas tierras, defienden que hay que hacerlo en su entorno original y gratuitamente. Estoy de acuerdo en parte con esto, pero no del todo, ya que si lo analizamos no es tan sencillo, ni tan ideal y si me apuráis demasiado simplista.
Por ejemplo Iquito en Perú es el paraíso del turismo chamanico, agencias organizan grupos de turistas que quieren conocer la ayahuasca. Decir que sale sobre unos 200$ la broma y a saber lo que te dan a beber. Además de que no te enseñan nada, te montan un bonito show para que puedas colgar las fotos en Facebook y contar tus amistades que has probado la ayahuasca, que está como de moda. Muy diferente al chaman serio que crea círculos de sanación en los que enseña el camino del guerrero, el respeto, el significado de lo sagrado, los ancestros, las tradiciones y el poder de las plantas. Otros sólo son charlatanes de feria, que te dan a beber una pócima alucinatoria o un simple placebo y montan un bonito espectáculo con canciones y muchas plumas.
Las plumas y las pieles de los verdaderos chamanes proceden de animales que han sido cazados con todo el respeto y se les reza y bendice repetidamente. Al igual que la verdadera ayahuasca que durante su preparación se icara. El que tengan más o menos plumas y otros objetos pintorescos de tipo folclórico no es prueba de autenticidad. En muchos casos los animales a los que pertenecen dichas plumas y pieles no han sido cazados con el más mínimo respeto, por cazadores furtivos y pertenecen a animales en vías de extinción. Se pueden comprar en tiendas de souvenirs a precios europeos y no tienen nada de sagrado. Luego te cantaran cosas sobre el respeto a la vida, el cuidado de la naturaleza y otras. Pero si es sincero y no un estafador pedirá perdón y agradecerá por cualquier planta arrancada, por cualquier piedra movida de su sitio, por la leña cortada, por el agua o cualquier otra cosa modificada en el proceso de la ceremonia. Es una buena forma de saber de que va el chamancito de turno.
Muchos verdaderos sanadores no usan ninguno de estos tipos de adornos y son personas más bien discretas y que a primera vista pasan desapercibidos. El único detalle valioso es ver como se comporta en su vida cotidiana, su presencia, su forma de hablar, que el respeto y lo sagrado no sean palabras vacías en su boca, que se vea reflejado en sus actos tanto durante la ceremonia como en su vida diaria. El que el sanador haga sus ceremonias en el medio de la floresta (no niego que ese es el mejor lugar para ello) o lo haga en un país occidental no es lo más importante en el fondo. Lo importante es la forma en que lo haga, todo lo que hace y ha hecho a lo largo de su vida, todo lo que se ha hecho a lo largo de la cocción de la medicina y como se celebra la ceremonia.
Hay una idea algo equivocada de que por naturaleza la ayahuasca es buena y sólo sirve para el bien. Tanto en su caso como en el de otras plantas de poder no es ni buena ni mala en si misma, es como todo, depende del uso que se le de de. Tanto pueden ser usadas para la sanación como para la brujería, para hacer el mal, para aprovecharse de los demás, para lucrarse, para abusar de los crédulos y los ingenuos.
Otra confusión es pensar que todos los chamanes, los buenos chamanes son indígenas, no llega simplemente con ser indígena para ser un buen chaman, volvemos a lo mismo, todo depende de las circunstancias y del caso en particular. En general la mayoría lo son, son menos los occidentales que después de un tiempo conviviendo con maestros indígenas ( o no), aprendiendo, respetando, trabajando su camino recibe el permiso para difundir la medicina y oficiar como maestro de ceremonias. No es mejor el uno o el otro por su origen étnico o racial. Si bien los indígenas se encuentran en el entorno propio de las plantas de curación y de su tradición eso no la hace mejor o peor persona, más o menos adecuado para sanar y difundir el mensaje de lo sagrado, de la sabiduría ancestral. Este es un tema muy largo y que da mucho que hablar, al que hemos de volver en otras ocasiones centrándonos en diferentes aspectos. Desde como saber quien puede ser un chamán adecuado, lo que se podría considerar justo que cobre por su servicio, hasta que punto el bien o el mal resultado depende de ti y no de donde o con quien lo hagas, lo que es realmente sagrado y lo que es puro espectáculo para turistas.
Podeis ver el siguiente vídeo, a partir del minuto 3 podeis ver como funciona el tema del Chaman Shop para que os hagais una idea:
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