Leyendo
la web de Flicaro siempre encuentro alguna cosa interesante, por eso la consulto a menudo. Además es que coincidimos mucho en nuestra visión sobre el
uso de la Medicina Ancestral por parte de occidentales, su trafico y el negocio que esconde a veces detrás. Es algo que aquí ya tengo hablado, y en otras partes.
Desde que la cultura de las plantas amazónicas salio de su reducto en la
floresta y cruzo el mar para abrir las mentes occidentales, el primer impacto fue el del turismo occidental, primero discreto y luego creciente, siguiendo la onda
new wave o
las escrituras de Castaneda y otros autores, muchos quisieron acercarse a ese mundo. En un principio llegaron pocos y con verdadera vocación de conocer y practicar la cultura indígena y sus ritos ancestrales, de integrarse. Las intenciones de estos "visitantes", en un principio eran legitimas, inspiradas por una
llamada, por una
búsqueda de conocimiento, un camino.
Pero poco a poco se fue creando la moda, empezaron a llegar en masa, sin conocimiento, torpes, sin respeto, con muchas expectativas. Como siempre en el medio siempre aparece alguno en busca legitima, y alguno que iba por "conocer" al final "descubre". Con este crecimiento y masificación fueron apareciendo los primeros centros turísticos que ofrecen entre sus atractivos sesiones con ayahuasca. También empiezan a aparecer los primeros "facilitadores", que no son
chamanes ni
curacas. Son personas que en el mejor de los casos fabrican su propia Medicina y en otros simplemente se limitan a suministrarla y dirigir la sesión. No me voy a poner aquí a juzgar la mayor o menor validez de cada uno o los métodos que utilizan. Lo que si es que el resultado de este turismo espiritual contamino esa cultura, y en vez de adaptarse los occidentales a los ritos y costumbres del lugar, fueron
los propios pueblos nativos los que fueron adaptandose a la cultura occidental.
Lo que si que hay que destacar es que en algunos casos se ha convertido en un negocio e incluso en una estafa. Un espectáculo bien montado con plumas, instrumentos e incienso. El
manifiesto de la ayahuasca tiene un apartado especial para esta figura.